Llueve en junio.

Empapándose de pies a cabeza.

27 junio, 2010

HEY! PSS... MIRA!

04 mayo, 2008

Away

"¡Cállate!", me gritó. Entonces, tomé la tetera y le lancé el agua hirviendo. Se tapó el rostro con las manos y comenzó a chillar. Lo patié en la entrepierna y cayó al piso, continuaba chillando. Agarré un cuchillo, lo guardé en la cartera y salí corriendo del departamento.
Al llegar al vestíbulo, me despedí del conserje. Salí corriendo para apartarme lo más rápido del edificio. Me saqué los tacos, para correr más rápido. Tres cuadras sin detenerme, me voltié para ver si alguien me seguía. Nadie. ¿Había escapado?
De pronto, una micro se detenía. Corrí hasta el paradero, debía alejarme lo más pronto posible. ¡Bip! El sonido de la tarjeta pagando.

15 febrero, 2008

15 de febrero

Menos de un mes para entrar a clases. ¡Tengo ganas de volver a Santiago!

24 agosto, 2007

Was Romeo really a jerk?

(Continuación)


Habían caminado dos cuadras. Ambos mudos, escuchando el quiebre de las hojas secas al ser pisadas y el pasar de los autos por la avenida. Julián comenzó a hablar del clima, para interrumpir el molesto silencio. Elisa hizo oídos sordos a sus comentarios y continúo caminando.
Julián odiaba ser ignorado. "15, 16, 17...", Elisa contaba en su mente. Julián, molesto, la agarró del brazo con fuerza. "¡Ya me harté! ¡Debemos hablar! ¡Háblame!", gritó Julián, enfurecido. Elisa enterró sus uñas en la mano de Julián que la sujetaba. No pronunció palabra alguna. Julián enfurecido comenzó a zamarrearla del brazo. "¡Reacciona hueona de mierda! ¡Reacciona de una vez por todas!", explayó Julián.
"Duerme bien. Yo te veré en mis sueños, donde ni distancias ni dolores pasados importan", susurró entre los zamarreos constantes. Julián se congeló y la miró sorprendido. "¡Suéltame Julián!", gritó Elisa, empujándolo y librándose de sus manos. Julián cayó a la vía. Un bocinazo. Su cuerpo tendido en el asfalto.
"¡Alguien llame a una ambulancia!", gritó Elisa, desesperada. La gente se reunió entorno al cuerpo estático de Julián. Elisa se alejó de la multitud y, caminando con tranquilidad, contestó su celular. "Todo salió perfecto", dijo esbozando una sonrisa.

07 agosto, 2007

Rieles

(Continuación)

Julián se volteó y la saludó impresionado, "¡Hola Elisa! No esperaba encontrarte acá". Elisa se acercó , suavemente, y le plantó un beso en los labios. "Lo sé. Son esas coincidencias de la vida, ¿no lo crees?", dijo, sonriente.
Julián no supo como reaccionar y le explicó a Elisa que intentó comunicarse con ella durante el fin de semana, pero que no tuvo éxito. Elisa le tomó la mano y acarició su rostro. "Estaba ocupada Julián. Tenía mil cosas que planear durante este fin de semana", explicó. "¿Y puedo saber de qué se tratan esos planes?", consultó Julián. "Es una sorpresa, pero estoy segura que te encantará", dijo Elisa mientras caminaban a la salida de la estación.
Subiendo las escaleras para llegar a la superficie, Julián retuvo de la mano a Elisa. "Recuerda que tenemos una conversación pendiente", replicó mirándola a los ojos. "Todo a su debido tiempo. Primero, necesito que me acompañes a hacer unas diligencias", agregó Elisa mientras el viento proveniente de la avenida mecía su ondulado cabello.

06 agosto, 2007

Seis

El reloj dio las seis de la mañana y Elisa comenzó aquél día como si nada. Olvidó las heridas en su ante brazo y toda su problemática anterior. Era lúnes y habían muchos trámites por realizar.
Se bañó, vistió, desayunó y alimentó a Tomás. Cerró las cortinas de toda su casa. Desconectó los teléfonos de su pieza, cocina y living. Apagó su celular. Tomó las llaves, su bolso y se despidió de su gato con un, "Hasta pronto".
Eran las diez y Elisa iba en el tercer carro del metro. Miraba su reflejo en el vidrio de la puerta mientras se arreglaba el cabello. "Sólo un par de minutos más", se repetió.
El tren paró en la estación, una inmaculada Elisa se bajó del carro y caminó rauda por la estación. Subió la escaleras, se acercó a un joven que se encontraba de espaldas, puso su mano sobre el hombro de él y susurró a su oído, "Hola Julián".

04 agosto, 2007

Tomás

(Continuación)

Eran las cinco de la tarde. Elisa se encontraba sola en su casa, sin nadie quien pudiera salvarla de sí misma. De pronto, su gato la despertó con un maullido agudísimo. Elisa abrió los ojos y recordó no haber lo alimentado. Se levantó y partió al baño a limpiar sus heridas.
Abrió la llave del lavamanos. Comenzó a lavarse cuidadosamente con jabón y se enrolló una toalla blanca en el brazo. Hurgó en el botiquín, sacó alcohol, un rollo de gasas y un poco de cinta adhesiva.
Sentada en el inodoro, suavemente, curó su mano y su brazo. Tomás, su gato, abrió la puerta del baño y se abalanzó a restregarse por sus piernas. Elisa extendió su mano y acarició su lomo. "Tú eres el único que me quiere", afirmó. "¡Miau!", fue la respuesta de Tomás mientras ronroneaba.
Elisa caminó hacia la cocina, sacó una bolsa de un gabinete y le sirvió su almuerzo a Tomás.